Es un tiempo de conocimiento de la comunidad de las Hijas de María Auxiliadora de discernimiento para poder responder libremente y con mayor claridad a la propia vocación a la que
el Señor llama a la joven.
Es un periodo de preparación al Noviciado donde la joven profundiza el llamado de Dios en su vida, realizando serenamente las rupturas evangélicas que le permitirán el encuentro auténtico personal con Cristo y su entrega a los hermanos.
Durante este tiempo formativo la joven hace la experiencia de vivir como Hija de María Auxiliadora y vive una relación profunda y transformadora con el Señor para configurarse con él, hasta llegar a ser y actuar como él, con docilidad al Espíritu.
Comprende todo el periodo de votos temporales. Una vez pronunciada la primera profesión religiosa, la hermana se prepara durante seis a nueve años para los votos perpetuos que es su paso definitivo como pertenencia al Instituto de las Hijas de María Auxiliadora. Tienen con cierta regularidad encuentros formativos e insertas en una comunidad viven la acción apostólica.
La Hija de María Auxiliadora dócil al Espíritu Santo, vive cada momento de su existencia como experiencia del amor de Dios y oportunidad para realizar en plenitud su propia identidad de Hija de María Auxiliadora” (art. 100). La hermana perpetua es consciente de que su vocación consagrada
salesiana le exige una autoformación continua.